Hoy he acudido a una charla
impartida por personas mayores, pero realmente no se basaba en una conferencia
sino en un debate en el que todos hemos interaccionado, haciendo preguntas,
aportando experiencias, etc.
Estas personas pertenecen a
una asociación, “Los mayores valores”, donde lo que se pretende es que cada uno
de ellos llegue a desarrollar y mostrar aquellos valores que por muy distintos
motivos se encuentran ocultos en ellos.
La idea de esta interacción
con ellos era saber que opiniones tenían acerca de las nuevas tecnologías ya
que ellos tienen una concepción muy distinta de ellas por los tiempos donde han
vivido. Me ha sorprendido que a pesar de este factor, de los tiempos, la mayoría
de ellos hagan vida normal con el uso de estas, debido a que le asocian una
importancia elevada a su uso. Ven en ellas facilidades en el día a día, sobre
todo lo que más nombraban era el uso favorable para las comunicaciones, debido
a que muchos de ellos tenían familiares fuera del país. Pero la señora, María
del Carmen objetaba que mediante las tecnologías, la comunicación podría verse
afectada porque no solo está inmerso el lenguaje verbal, sino también estamos condicionados
por el no verbal, y es a través de los mensajes, por donde no trasmitimos suficientemente
aquello que sentimos ni pensamos, muchas veces nos lleva a confusiones al no
ver los gestos ni sentir las expresiones.
Otro punto que remarcaban,
era que “la tecnología es buena pero es importante el uso que le demos”, como
bien dijo Emilio, no debemos ser esclavos de ella, tenemos que controlar el uso
que le demos, cómo lo hacemos, y cuánto, con qué frecuencia.
Pero entre todos llegamos a
una paradoja, se supone que las tecnologías nos hacen ahorrar tiempo pero
realmente nos lo quitan. Debido por ejemplo al uso abusivo del internet, de las
redes sociales, nos pegamos horas y horas sin darnos cuenta de que realmente
hemos desaprovechamos el tiempo.
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